Hacia final de diciembre, durante un ejercicio  práctico en la formación de Biogestalt, exhausta de incomprensión, confusión y enfado he recibido la respuesta a mis preguntas. En un juego de roles, pasando de un cojín al otro he jugado con la Arianna neurótica y la “cuerda” o centrada… Ha sido sorprendente porque lo que esa yo me decía, resonó tan fuerte en mí que le quise hacer caso.

Me dijo: <<¡SUELTA LA MOCHILA DEL PASADO DE UNA VEZ! Suelta el resentimiento, los enredos mentales, el auto machaque. ¿Te das cuenta del peso que arrastras? ¿Qué sacas haciéndolo? Porque algo sacas… >>

Lo vi claro y así de claro, solté la mochila. La sensación de ligereza, libertad, liviandad que siento desde ese momento es sorprendente.

Así ha empezado este 2021 para mí; con una fuerza interior,  un amor y respeto hacia mí, que me hacen caminar con paso firme y libre.

¿Significa eso que ya no hay dolor? Claro que lo hay! Mas ese dolor es vida, es ver sin velos, es SENTIR y AMAR-ME y AMAR lo que se presenta a cada momento. Me siento conectada con el flujo de la existencia.

Me siento más enraizada. Ocupo mi trono interior, mi CENTRO.

Al ver sin velos, me di cuenta de los auto-abusos, la falta de límites, la falta de auto-confianza, los escapes constante de mi energía al intentar luchar en situaciones de mi vida, para sentirme amada, buscada, deseada…

Ahora veo y decido accionar, dándome espacio, tiempo, silencio, música, baile y mucho amor.

Cuando pones límites sanos algunos decorados se vienen abajo, algún que otro personaje sale de escena y ¡claro que duele!

Entonces paro y respiro. Mis manos sobre mi vientre, caldero alquímico y sabio. Me dejo mecer por el suave movimiento del aire en mi cuerpo, me permito sentir, me permito llorar, estoy conmigo…

Ahora siento que he de revisar este sentirme muy vulnerable, porque lo soy. Digo revisar porque siento que es importante permitirme ser vulnerable y al mismo tiempo seguir confiando y no cerrarme.

Siempre se puede volver a empezar… Cada vez más sabía y más auténtica.

Arianna Ottolina