
(Imagen: *Arrow Lakes by ursula)
Lo más triste de todo es la tristeza, cuando no se le permite ser sentida, cuando se niega, cuando no se le pone atención, cuando es rechazada. La tristeza, sin un hogar, resulta verdaderamente triste a la vista.
Nos enojamos con nosotros mismos por sentir enojo. Le tememos al miedo, a su intensidad, a su inmediatez, a su imaginario poder aplastante.
Resulta confuso tratar de no sentir confusión cuando la confusión nos está consumiendo. Lo más frustrante de todo es tratar de hacer desaparecer la frustración inmediatamente, deseando la ausencia de deseo.
Nuestro más grande dolor es nuestra resistencia al dolor, negarnos al vivo hecho del dolor; nuestra falta de disposición para mirar a la vida de frente, fijamente.
Sólo un pensamiento diría, “este pensamiento no debería estar aquí”. Sólo una mente imaginada querría estar “libre de mente”. Sólo el ego querría ir más allá del ego.
Saborea la vida, cruda y directamente, sin juicio, o sin el juicio de un juicio de un juicio. O permite todo juicio, incluso el juicio de todo juicio.
Nuestra experiencia siempre es reflexiva. Pero el corazón siempre está abierto.
– Jeff Foster
fuente:http://presenciaconsciente.tumblr.com/
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