Otra vez aquí…sentada en un asiento de avión, un rumbo diferente…Sevilla y me doy cuenta de que al fin y al cabo no se trata del destino…lo curioso es lo que se me mueve dentro cada vez que dejo el suelo y vuelvo a acercarme a esas nubes, donde solía habitar cuando niña. Lloro, me emociono, se dispara algo que me hace sentir calma, tranquilidad  y confianza.  Se despierta esa niña que sueña, que siente a flor de piel la cercanía del cielo infinito. Ganas de reírme y llorar de felicidad sin motivo aparente. Muchos dirían que estoy loca, sin embargo estoy simplemente llena de vida, tanto que me sale en forma de lágrimas por los ojos! Siento amor por todo y todos. A menudo me doy cuenta que estoy sonriendo a todo el mundo…es casi cómico. Me río por dentro.

Vuelo hacia un encuentro mágico de amigas…mujeres con las que he compartido muchas vivencias profundas y sinceras. No tengo expectativas. Voy abierta a saborear estos días sevillanos procurando estar lo más presente posible. Mi intención es ir soltando las creencias de quien soy a medida que suman los km y dejo Tenerife atrás, para poder vivir desde esto que soy hoy…sin más.  Y no porque no acepte lo que soy en Tenerife sino porque estoy comprendiendo que a cada rato soy algo nuevo…y quiero aprender a soltar lo que me encorseta y me limita a lo que creía que era en un pasado…ayer mismo…hace dos horas.  Aquí arriba siento que lo soy todo…y que no soy nada.

Palabras y nubes…

Texto y Fotos: Arianna Ottolina

Photo by Ross Parmly on Unsplash