La regla de Kiko es un cuento infantil para prevenir el abuso sexual. Se trata de una herramienta promovida por el Consejo de Europa para que padres y educadores puedan utilizarla y que los niños y niñas identifiquen el contacto físico inadecuado para así evitarlo.
El cuento es sencillo y fácil de entender, está disponible en casi 20 idiomas, y las ilustraciones que lo acompañan son muy claras y explícitas, para que los peques (entre 3 y 7 años) entiendan fácilmente el mensaje.
1. Tu cuerpo es tuyo
Debemos enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece y que nadie puede tocarles sin su permiso. Se debe enseñar a los niños a decir “No”, de forma inmediata y firme, a un contacto físico inapropiado, a alejarse de situaciones no seguras y a contar sus vivencias a un adulto de confianza.
2. Buena forma de tocar, mala forma de tocar
Debemos decir a los niños y niñas que no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona. “La Regla de Kiko” les ayuda a reconocer un límite evidente y fácil de recordar: la ropa interior.
3. Secretos buenos, secretos malos
Los secretos son una táctica primordial de las personas que cometen abusos sexuales. Por este motivo es importante enseñar a los niños la diferencia entre los secretos buenos y malos, y crear un clima de confianza.
Cada secreto que les preocupe, les haga sentir incómodos, les asuste o les ponga tristes no es bueno y no debería mantenerse; deberían contarlo a un adulto de confianza (padre, maestro, orientador, oficial de policía, médico, etc.).
4. La prevención y la protección son responsabilidades del adulto
Cuando los niños son objeto de abuso sienten vergüenza, se sienten culpables y tienen miedo. Los adultos debemos evitar crear tabúes en torno a la sexualidad, para asegurarnos de que los niños sepan a quién dirigirse si están preocupados, nerviosos o tristes.
Los niños pueden percibir que algo no está bien pero puede que no sepan cómo explicarlo ni a quién contárselo. Los niños deberían sentir en todo momento que pueden hablar con sus padres sobre este tema.
5. Conocer su red de seguridad
Se debe informar a los niños de los adultos que pueden formar parte de su red de seguridad. Se les debería alentar a elegir a adultos en los que pueden confiar, que estén disponibles y dispuestos a escucharles y ayudarles.
Sólo un miembro de la red de seguridad debería vivir con el niño; el otro debería vivir fuera del círculo familiar inmediato.
¿Quieres descargarte el cuento de Kiko y la Mano? ¡Aquí tienes el enlace!
Gracias a Patricia Díez
fuente y fotos: http://muhimu.es/
Muchísimas gracias Arianna por darle difusión, juntos pondremos fin a esta lacra.
Un abrazo,
Patricia