
Mucha de esta información sólo existe en un nivel inconsciente y la labor de traerlo al nivel consciente supone una tarea difícil pero apasionante. Identificar nuestras emociones y sentimientos y tratar de contolarlos es un trabajo arduo que, tomando como base el autoconocimiento, nos lleva al crecimiento personal. Decimos lo mismo de la reflexión sobre la causa de nuestra conductas, que podemos adivinar preguntándonos “¿por qué hago tal cosa”? y así reconocer nuestras creencia y valores.
Sentimientos, creencias y valores conforman un triángulo que nos explica mucho sobre nuestras conductas.
El ser humano es una unidad integral y tiene que cuidar todas sus partes. El organismo se mantiene ejercitando sus capacidades para satisfacer necesidades; al desarrollar capacidades, adquiere habilidades y obtiene logros. Este hecho le lleva a darse cuenta de cuánto vale y a aumentar su autoestima. Cuando la persona llega a amarse de verdad, automáticamente ama a los demás porque reconoce su valor.
Desde el tan famoso “Conócete a ti mismo” hasta el “Autoconocimiento” de muchas escuelas y corrientes espiritualistas, obviando lo cronológico de uno y otro, mucha agua debajo del puente ha pasado y de mucho ha servido.
Pero ¿qué significa conocerse a sí mismo? y ¿qué es el autoconocimiento?. Sin llegar a elucubraciones filosóficas ni a tratar esto desde lo semántico, podemos echar un poco de luz en forma clara, concisa y sencilla. El conocimiento primario, el primero que surge natural y espontáneo, tiene que ver con la propia identidad.
¿Quién soy?
¿Cuáles son mis características?
¿Cuál es mi identidad?
¿Cómo es mi forma de ser?.
Es lo que permite desarrollarnos como personas con relación a los demás y al medio, logrando la autoconservación, la supervivencia y en otros estadíos intentar una buena convivencia con los otros. Esto fue primordial desde hace algunos milenios para llevar a la humanidad a nuevos niveles del conocimiento.
Sin embargo, llega un momento en donde esto ya no alcanza para superar nuevos desafíos acordesa los tiempos actuales y a las inquietudes personales que surgen por ellos. Y la persona se plantea otras cuestiones relacionadas con otras esferas de su propio ser que empujan hacia su manifestación. Es cuando surge la necesidad por conocer la naturaleza del ser.
Ahora la inquietud se plantea para saber ¿Qué soy? ¿Cuál es la naturaleza de mi ser? ¿Cuál es el mecanismo de la conciencia y de todo lo que soy? ¿Qué es lo que trasciende mi identidad? ¿Cuál es mi esencia y qué es en sí misma?
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